HOY HACE 25 AÑOS:
En 1988 la CONMEBOL creó la Supercopa sudamericana, y en ella
participarían todos los clubes que hubiesen ganado alguna vez la Copa
Libertadores. La competencia comenzaba en octavos de final, pero como
había 13 equipos participando hubo algunos huecos en las llaves.
Por eso
Racing pasó directamente de octavos a semifinales, luego de eliminar al
Santos y quedar libre en cuartos de final. River apareció en su camino y
los de Basile se llevaron la serie, que fue cerrada.
En el Cilindro se
impusieron los locales por 2 a 1 y en la revancha un agónico gol de
Néstor Fabbri puso al equipo en la final.
Fiel a sí mismo (?), Racing
luchó, sufrió y ganó en la última serie contra Cruzeiro. El primer
partido se jugó en Avellaneda. Robson adelantó al Zero, pero
Fernández marcó el empate, y en el final del encuentro Miguel Colombatti
le dio la victoria a Racing. En Belo Horizonte, Omar Catalán fue el
encargado de meter el gol que prácticamente cerraba la historia.
Nuevamente Robson conquistó el empate, pero ya no hubo tiempo para más, y
después de 21 años Racing volvió a levantar una copa.
Aún con todos los problemas institucionales y económicos que el club
seguía arrastrando, el Coco había logrado formar un muy buen equipo. Las
últimas atajadas del Pato Fillol, la entrega y la firmeza en la defensa del joven Néstor Fabbri, la lucha en el medio de Jorge Camote Acuña o Perico Pérez en el medio, los goles de Walter Fernández y de un joven Mencho Medina Bello, y sobre todo la batuta creativa del gran Rubén Paz.
RECUERDOS SOBRE EL TíTULO:
Una de las cosas que más recuerdo
de ese título es una frase que dije a mitad de la copa: "Racing tiene
una fuerza oculta", y me refería a su hinchada.
Esa gente fue algo
impresionante que sólo lo puedo comparar con lo que viví en el mundial
´78, salvando las diferencias, ya que en ese momento nos apoyaban 25
millones de Argentinos, pero esta hinchada no se quedó atrás y fue un
jugador más para conseguir la Supercopa.
La Guardia Imperial (cómo se la conoce) con su amor incondicional y su constante aliento nos transmitió esas ganas de ser campeones.
Eramos un grupo muy unido y
sabíamos lo que queríamos conseguir. Nos habíamos mentalizado de una
manera muy fuerte para lograr ese título. Había un clima increíble entre
los jugadores y también con el cuerpo técnico. Recuerdo que hacíamos
reuniones para fortalecernos y afianzar nuestra relación y para
apuntalar a los más jóvenes del plantel. Cuando alguno de nosotros
flaqueba por alguna razón, estaba el grupo para sacarlo a flote, darle
fuerza y así no desviar la atención del objetivo de ser campeones.
A medida que iban pasando los partidos para llegar a la final, la palabra campeón
se hacía sentir aún más,y para nosotros nunca fué una presión, sino que
lo tomábamos como un incentivo para poder lograrlo. Eso habla de la
fuerza que tenía ese grupo.
¿Cuál era el mensaje del técnico?
Alfio Basile siempre predicó que
jugáramos bien al fútbol. Tuvo una fuerza y una garra terrible.
Trabajaba mucho durante la semana y el día del partido nos pedía
simplemente lo que veníamos haciendo, por eso nos hacía todo más fácil.
Era un ganador nato que nos transmitió todo ese concepto porque conocía a
Racing como nadie. Era claro en sus conceptos y no tenía doble
discurso.
LA DEFENSA:
Formada por Vásquez, Costas, Fabbri y Olarán.
Como arquero me hacían sentir seguro. Era un defensa que trabajaba en conjunto y se coordinaba a la perfección.
Carlos Vásquez:
Era un jugador con mucha garra y buena marca. Cumplía con lo que le
pedía el técnico. Cuando tenía un espacio se iba al ataque. Era un
defensor rápido.
Gustavo Costas:
Era un defensor con muy buena técnica que nunca apelaba a los
pelotazos, siempre salía jugando. Anticipaba siempre al delantero porque
sabía leer muy bien la jugada. Manejaba bien el juego aéreo.
Nestor Fabbri:
Un muchachito de tan sólo 19 años que jugó con una jerarquía
impresionante. Muy buen manejo del balón. Cada vez que teníamos una
pelota parada, se iba al ataque. Uno de sus fuertes era el cabezaso,
tanto en ataque como en defensa. Hablaba mucho a sus compañeros para
ordenar y alentarlos. El mejor Fabbri que ví dentro de una cancha de
fútbol.
Carlos Olarán: Ya
lo conocía de mi paso por Argentinos Juniors y sabía lo que podía
rendir. Fué un jugador muy parejo en todos los partidos. Gran marca,
temperamento y buena salida por su lateral cuando se iba al ataque.
Sabía cerrar la espalda de Fabbri cuando éste se iba al ataque.
EL MEDIOCAMPO
El
coco supo como parar un mediocampo que tenía lo esencial: Despliegue,
quite y creación. Formado por Acuña, Ludueña, Colombatti y Ruben Paz.
Hugo Lamadrid: Un
juvenil que apareció en esa época. Mucha marca y buena técnica. Debido a
su altura, tenía un gran juego aéreo que lo usaba tanto para defender
como para atacar. No se achicaba nunca. Un jugador positivo dentro del
grupo que las veces que le tocó entrar, rindió como se esperaba.
Jorge Acuña: Muchísimo
despliegue. Buena técnica y un gran sacrificio. Un jugador que corría
por los demás y daba la pelota limpia a los creadores del equipo. Se
entendía muy bien con Ludueña. Pura entrega. Era de hablar mucho con
sus compañeros dentro del campo de juego. Fué el termómetro del equipo.
Miguel Angel Ludueña:
Un cinco que tuvo mucha marca y cuando tuvo la pelota en sus pies la
manejaba con mucha calidad. Con Acuña sabían siempre que hacer. A pesar
de no tener un físico imponente, se hacía valer dentro de la cancha.
Miguel Angel Colombatti:
Un jugador exquisito. Tenía una habilidad asombrosa. Se movía bastante
para quedar siempre libre para recibir el balón. Asistía muy bien a los
delanteros. Tenía una pegada brillante y la pelota parada era uno de sus
fuertes. Era muy inteligente y un gran cabeceador. Definió como los
dioses en el gol de la final en cancha de Racing.
Ruben Walter Paz:
Uno de los mejores jugadores que ví durante mi carrera. Era capaz de
inventar una jugada de gol en una baldosa. Era el cerebro del equipo, el
creador. Cabeceaba muy bien. Su arma letal eran los tiros libres que
eran medio gol. Dejaba mano a mano a los delanteros con el arquero. Un
fenómeno. Un distinto.
LA DELANTERA:
Formada por Walter Fenandez, Medina Bello, Toti Iglesias y Omar Catalán.
Una delantera que tenía desborde, movilidad y gol. Siempre tenía variantes para tratar de quebrar a la defensa rival.
Toti Iglesias:
jugó un solo partido, pero dejó lo suyo: el gol. Un delantero
experimentado que le hizo bien al grupo. Lástima que no se pudo quedar
hasta el final.
Walter Fernandez:
Un puntero con mucho desborde y una fuerza impresionante. Encaraba
hacia adentro y lastimaba la defensa rival. Una pegada bárbara. Tiraba
centros que caían en la cabeza de los centrodelanteros. Importantísimo
en toda la Supercopa. Además, fué el goleador de Racing en éste certamen
con tres goles, dos de los cuáles fueron en la semifinal y otro en el
partido de ida en cancha de Racing en la final frente a Cruzeiro.
Fundamental.
Omar Catalán:
El jugador que estaba predestinado para quedar en la historia. Hizo el
gol fundamental en la final de Belo Horizonte. Era rápido, desbordaba
mucho. Tenía un gran olfato goleador.
Medina Bello:
Un delantero con una fuerza impresionante. Te encaraba en velocidad y
te pasaba por arriba. Su fuerte era la pegada, parecía que tenía un
misil en la pierna. Un gran goleador.
EL PARTIDO MAS IMPORTANTE:
Siempre se tiene que elegir el
partido final, por eso elijo los dos partidos contra Cruzeiro. Fueron
partidos que se jugaron con todo el corazón y donde sabíamos que un
error nos iba a costar por completo todo el sacrificio que habíamos
hecho. Aparte los Brasileros tenían un gran equipo que en ningún momento
se dieron por vencidos. Nuestro orden y ganas de ser campeones, nos
permitió llevarnos la Copa.
LA ATAJADA MAS IMPORTANTE:
Un cabezazo que le saqué a
Centurión. Fué en cancha de Racing, en la semifinal jugada frente a
River. Palma tira un centro al área de Racing que estaba llena de
jugadores y en medio de ese lío Centurión logró impactar el balón con
una certeza formidable que iba en dirección al palo derecho inferior
que defendía yo. Tuve mucha reacción de piernas y volé hacia abajo
rapidamente y logré tocar el balón muy exigido y desviarlo al córner. La
veo hoy y me sorprendo que con 38 años hice una volada como esa para
evitar el gol. Hubiera significado el empate de River.
LAS FIGURAS DEL EQUIPO: Paz, Ludueña y Fillol
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