Ricardo Centurión se defendió por Facebook de las agresiones
de algunos hinchas. Criticado por la roja ante Lanús y pedir irse de
Racing, hoy volará a Italia para sumarse a préstamo al Genoa. Al club le
ingesan 1.200.000 euros y, en un año, una opción de compra obligada de
3.200.000.
En el fútbol no existen benefactores. Aunque el regalo se disfrace
como tal, la basura siempre se esconde debajo de la alfombra. Un
préstamo de 1.200.000 euros por Ricardo Centurión, en medio de un
campeonato empezado, a simple vista no parece ser la mejor opción. Más
aún si hace seis meses el Anzhi había ofrecido 7,5 millones y ahora el
Genoa, club que debe comprarlo en 3,2 millones, tiene como antecedente
inmediato no haber pagado el pase de Julián Velázquez. Claro que más
allá de las gambetas, la dirigencia puso en la balanza el carácter
problemático que tiene una de las estrellitas de Racing, a quien, desde
ayer, los hinchas no recordarán de la mejor manera.
Tras haber hecho fuerza para lograr su transferencia a Italia en el peor momento de Racing desde su debut, el miércoles se hizo expulsar en cancha de Lanús y causó malestar en quienes pisan todos los días el club. “Estaba con la cabeza en otro lado. Otra muestra más de que se debe ir”, sostuvo alguien que conoce el día a día de Ricky. Aquella roja apenas fue la punta del iceberg de un chico demasiado travieso. Más allá de su preferencia por visitar boliches de moda, algo normal en un adolescente de 20 años, a los dirigentes nunca les gustó el círculo en que se mueve. Por eso, primero le alquilaron un departamente en el centro de Avellaneda y luego lo trasladaron a Puerto Madero.
El motivo, claro, tenerlo más contenido. “Necesita un cambio de aire, un cambio de vida. Centurión necesita un traslado”, reconoció Eduardo Roseto, su representante, en Radio 9. Las buenas actuaciones del volante, en especial antes de ser operado, alivianaron cualquier tipo de reproche, tanto del club como de los hinchas. Pero ahora, con el equipo último y a sabiendas de sus ganas de irse, algunos hinchas lo criticaron en su cuenta de Facebook y Centurión respondió de la peor manera. “Jajajaj. Soy crackkk y voy a ser millonario. Lástima que vos vas a seguir laburando 24 horas. Bloqueado, te fuiste”, se defendió ante la agresión de un hincha, algo injustificado en una persona pública.
Y luego, por mensaje privado, le respondió a otro que le había dicho que trabajaba para ir a ver a Racing: “Jajajaj y es así el laburo papi. Dale seguí laburando para ir a la cancha salame, te fuiste mostro. Otro bloqueado”.
Inmerso en la polémica y olvidando que en un año puede volver al club en caso de que el Genoa no pague el resto del pase, Ricardo viajará hoy a Italia junto a su representante y al tesorero Pablo Mena. Si bien parte de la directiva estaba en contra de la operación, el presidente Gastón Cogorno (volará el domingo luego de cerrar al nuevo técnico) fue quien llevó adelante las gestiones.
Para él, el jugador perdía cotización mientras que para otros que piensan como él, cualquier problema extrafutbolístico podía terminar perjudicando al club. “En la venta de Centurión hay cuestiones personales. Nos pide la posibilidad de irse porque cree que es lo mejor. No se pueden decir todas las cosas, pero nos beneficia a todos”, sostuvo el manager Ayala, del riñón del presidente y de acuerdo con desprenderse de Ricky.
Dentro del vestuario, y más allá de su amistad con los más chicos, fueron Saja, Ortiz y Pelletieri los que siempre trataron de aconsejar a Centurión, quien en Inferiores solía pegar faltazos y por eso casi queda libre hasta la llegada de Zubeldía, que lo rescató y le dio un lugar de privilegio en su equipo. En un ascenso fugaz, pasó a jugar en la Selección Sub 20, a ser buscado por equipos europeos y tildado como una de las máximas figuras de Racing.
Sin su DT mentor, su entorno y los dirigentes decidieron cortar por lo sano y darle un cambio de aire a Centurión. Criticado por los hinchas, la última imagen con la camiseta de Racing será peleándose adentro de la cancha y viendo una roja. Una foto demasiado pobre para un pibe que fue figura de un clásico y con condiciones para triunfar en un equipo como Racing.
Tras haber hecho fuerza para lograr su transferencia a Italia en el peor momento de Racing desde su debut, el miércoles se hizo expulsar en cancha de Lanús y causó malestar en quienes pisan todos los días el club. “Estaba con la cabeza en otro lado. Otra muestra más de que se debe ir”, sostuvo alguien que conoce el día a día de Ricky. Aquella roja apenas fue la punta del iceberg de un chico demasiado travieso. Más allá de su preferencia por visitar boliches de moda, algo normal en un adolescente de 20 años, a los dirigentes nunca les gustó el círculo en que se mueve. Por eso, primero le alquilaron un departamente en el centro de Avellaneda y luego lo trasladaron a Puerto Madero.
El motivo, claro, tenerlo más contenido. “Necesita un cambio de aire, un cambio de vida. Centurión necesita un traslado”, reconoció Eduardo Roseto, su representante, en Radio 9. Las buenas actuaciones del volante, en especial antes de ser operado, alivianaron cualquier tipo de reproche, tanto del club como de los hinchas. Pero ahora, con el equipo último y a sabiendas de sus ganas de irse, algunos hinchas lo criticaron en su cuenta de Facebook y Centurión respondió de la peor manera. “Jajajaj. Soy crackkk y voy a ser millonario. Lástima que vos vas a seguir laburando 24 horas. Bloqueado, te fuiste”, se defendió ante la agresión de un hincha, algo injustificado en una persona pública.
Y luego, por mensaje privado, le respondió a otro que le había dicho que trabajaba para ir a ver a Racing: “Jajajaj y es así el laburo papi. Dale seguí laburando para ir a la cancha salame, te fuiste mostro. Otro bloqueado”.
Inmerso en la polémica y olvidando que en un año puede volver al club en caso de que el Genoa no pague el resto del pase, Ricardo viajará hoy a Italia junto a su representante y al tesorero Pablo Mena. Si bien parte de la directiva estaba en contra de la operación, el presidente Gastón Cogorno (volará el domingo luego de cerrar al nuevo técnico) fue quien llevó adelante las gestiones.
Para él, el jugador perdía cotización mientras que para otros que piensan como él, cualquier problema extrafutbolístico podía terminar perjudicando al club. “En la venta de Centurión hay cuestiones personales. Nos pide la posibilidad de irse porque cree que es lo mejor. No se pueden decir todas las cosas, pero nos beneficia a todos”, sostuvo el manager Ayala, del riñón del presidente y de acuerdo con desprenderse de Ricky.
Dentro del vestuario, y más allá de su amistad con los más chicos, fueron Saja, Ortiz y Pelletieri los que siempre trataron de aconsejar a Centurión, quien en Inferiores solía pegar faltazos y por eso casi queda libre hasta la llegada de Zubeldía, que lo rescató y le dio un lugar de privilegio en su equipo. En un ascenso fugaz, pasó a jugar en la Selección Sub 20, a ser buscado por equipos europeos y tildado como una de las máximas figuras de Racing.
Sin su DT mentor, su entorno y los dirigentes decidieron cortar por lo sano y darle un cambio de aire a Centurión. Criticado por los hinchas, la última imagen con la camiseta de Racing será peleándose adentro de la cancha y viendo una roja. Una foto demasiado pobre para un pibe que fue figura de un clásico y con condiciones para triunfar en un equipo como Racing.