Algunos podrán tratarlo de caprichoso, terco o cerrado en su
táctica férrea. Pero Luis Zubeldía no reniega de eso. Entiende que su
filosofía, con el vértigo y el pragmatismo como pilares, le escapa al
buen juego que muchos pretenden. No tuvo pruritos, por ejemplo, en decir
que contempla como método cederle la pelota al rival para salir de
contra.
Es parte de su esencia... Los problemas empiezan cuando una idea
no entrega dividendos ni en el rendimiento ni en el resultado. Racing
jugó muy mal ante Colón y San Lorenzo. Sin juego asociado, sin
inventiva, sin punch adelante. El técnico lo acepta, aunque no desespera
y alimenta la esperanza de que las incorporaciones pueden elevar al
equipo. Eso sí, en este caso mete la pausa.
“Necesitamos más peso
ofensivo. Para ello llegaron Regueiro, Viola, Battaglia e Ibáñez, que
por el lateral me puede dar juego ofensivo. Pero no puedo apresurarme y
ponerlos antes de tiempo porque deben ponerse a ritmo”, arrancó el DT,
con la certeza de que “para mí lo más fácil sería hacer jugar a todos
los refuerzos en la cancha y que se hagan cargo ellos...”.
Con
Regueiro y Titín en su mente para ser titulares hoy, el entrenador cree
que la Academia empezará a conseguir una mayor agresividad: “No a todos
juntos, pero iré incluyendo a los nuevos porque tienen que hacer más
fuerte al equipo y tapar el déficit que tuvimos en el arranque”.
También
admitió que Racing, como sello, depende mucho del desequilibrio que
pueden generar sus futbolistas más hábiles. De todos modos, se trata de
una estrategia que pregona como una bandera.
Y no la desestima. “Si bien
lo ideal es tener juego en conjunto e individual, me gustan los duelos
mano a mano”, reivindica Luisito. Frente a Lanús, en el debut en la
Sudamericana, rendirá otro examen ante los hinchas que lo miran cada vez
más de reojo.
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