La ilusión de la Copa Libertadores no pudo ser para el campeón
del fútbol argentino, que no pudo encontrar ese gol que llevaba la serie
contra Guaraní a los penales y quedó eliminado en cuartos de final. Aún
con uno menos durante toda la segunda mitad, el equipo de Cocca fue
superior en la cancha, tuvo varias ocasiones y convirtió en figura al
arquero rival, pero terminó sufriendo el gol de la ida en Asunción. El
Aborigen está en semis después de 49 años y ahora se cruzará con River.
Desde el comienzo del partido Racing asumió el protagonismo y empezó a sumar aproximaciones. Dos de Camacho, un gol bien anulado a Bou, un remate de Milito y otra de Aued, que salió al lado del palo. Pero Aguilar, arquero de Guaraní empezó a agigantarse. Hasta que en el final del PT ocurrió algo insólito: falló Grimi, dejó a un rival mano a mano y Saja se vio obligado a cometer penal para que no cayera el primero. El Chino se fue expulsado, lógicamente, pero cuando todo era negro, entró Ibáñez desde el banco y le devolvió los colores al Cilindro, conteniendo el disparo de Benítez.
Racing salió renovado a jugarse todo en el complemento, pero ni Bou ni el ingresado Fernández pudieron con Aguilar. Del otro lado, Ibáñez también tuvo otra gran atajada contra Santander. Con lo que le quedaba (los titulares venían de ganarle el clásico a Independiente), el equipo de Cocca fue a buscarlo hasta el final, pero con ese último disparo de Bou el sueño terminó. Pero eso no impidió que el Cilindro despidiera a su equipo con aplausos y la frente en alta. Bien merecido lo tenía este grupo.
Desde el comienzo del partido Racing asumió el protagonismo y empezó a sumar aproximaciones. Dos de Camacho, un gol bien anulado a Bou, un remate de Milito y otra de Aued, que salió al lado del palo. Pero Aguilar, arquero de Guaraní empezó a agigantarse. Hasta que en el final del PT ocurrió algo insólito: falló Grimi, dejó a un rival mano a mano y Saja se vio obligado a cometer penal para que no cayera el primero. El Chino se fue expulsado, lógicamente, pero cuando todo era negro, entró Ibáñez desde el banco y le devolvió los colores al Cilindro, conteniendo el disparo de Benítez.
Racing salió renovado a jugarse todo en el complemento, pero ni Bou ni el ingresado Fernández pudieron con Aguilar. Del otro lado, Ibáñez también tuvo otra gran atajada contra Santander. Con lo que le quedaba (los titulares venían de ganarle el clásico a Independiente), el equipo de Cocca fue a buscarlo hasta el final, pero con ese último disparo de Bou el sueño terminó. Pero eso no impidió que el Cilindro despidiera a su equipo con aplausos y la frente en alta. Bien merecido lo tenía este grupo.
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