A mediados de 2014, Diego Milito volvió a Racing con la idea de devolverle la gloria al club y llevarlo nuevamente a los primeros puestos. El panorama no era sencillo, con un equipo que venía de una mala campaña, con un DT sin identificación con el club y un plantel totalmente nuevo. Sin embargo, su retorno fue el inicio de uno de los ciclos más exitosos de la Academia, que un día como este lunes, pero un año atrás, se consagraba campeón en el Cilindro al vencer a Godoy Cruz por 1-0 con gol de Ricardo Centurión. Así, obtuvo su título número 17 luego de 13 años.
Como cada año, Racing fue pura ilusión en el arranque y los triunfos ante Defensa y Justicia y San Lorenzo generaron gran expectativa. Sin embargo, las caídas ante Tigre, Independiente y Lanús fueron un duro golpe. El entrenador Diego Cocca ya estaba en la cuerda floja y era cuestionado, sin embargo, Racing demostró una vez más que en las difíciles, saca a relucir lo mejor de sí. Y si bien Milito fue el gran símbolo del Racing campeón, al Príncipe le apareció un socio de lujo. Gustavo Bou, que era mirado de reojo, se convirtió a fuerza de goles y grandes rendimientos en una pieza clave. Su racha goleadora arrancó ante Newell's, pero el punto de quiebre fueron sus dos tantos a Boca en 10 minutos, para dar vuelta la historia en la Bombonera y demostrarle a la gente, y a sí mismo, todo lo que podía dar. Los dobletes ante Belgrano y Estudiantes de visitante confirmaron que lo suyo era cosa seria.