Hubo muchas cosas para rescatar. Desde la movilidad y el desparpajo de Fértoli, la presencia de los pibes que debutaron, la circulación para darle impronta al nuevo sistema hasta el milagroso Javier García, que se tapó cuatro en la definición. Comenzó una nueva era, falta rodaje, pero se vieron cosas que auspician que este Racing tratará de ser protagonista. Sobre todo porque todos se mataron para recuperar la pelota. Y no es poco.
Por supuesto que hay que ser contemplativos con estos partidos de pretemporada, sobre todo cuando hay un nuevo entrenador. De todos modos, desde el armado del equipo ya hubo un cambio: porque Beccacece puso su querido 4-3-3 y dejó atrás el 4-1-3-2 del Chacho Coudet. Le costó a Racing por momentos mantener esa presión alta que quiere el nuevo DT, aunque lo intentó. Enfrente hubo un equipo que juega muy bien al fútbol y que también apuesta por recuperarla rápido. Entonces fue lógico que se prestaran bastante la pelota, sobre todo en el PT.
Una de las premisas de Becca es que los centrales salgan con el balón dominado, porque desarticulan los esquemas defensivos del rival. El técnico suele ser elogioso del pase preciso que tiene Nery Domínguez y éste le dio la razón: el primer gol de la Acadé llegó por una asistencia bárbara del central para Rojas, que metió la diagonal y apareció en el espacio que debía ser del nueve. El arquero salió pésimo, Licha López la estrelló en el palo y el paraguayo metió el rebote. No le duró mucho. Mena marcó mal, Arias dio rebote para adentro tras un disparo y Guilherme empatara.
Fue otra vez Rojas el que presionó y robó una pelota que le cayó a Fértoli, que clavó un zurdazo para el 2-1. Y otra vez no lo pudo sostener. Un tiro libre excepcional de Marquinhos igualó las cosas. Hay mucho para trabajar, porque Montoya no siente el lateral, porque Barbona no se enchufó nunca de wing, porque cuando Paranaense salteó la líneas de los volantes encontró espacios, pero Racing fue prolijo, intentó mover la pelota y se peló el lomo para recuperarla. Hay una idea. Y, claro, la necesidad de tiempo.
Aunque el segundo tiempo cambió bastante porque los dos equipos utilizaron los ¡siete cambios permitidos!, no hubo mucho cambios. Sí quedó en claro que el sistema Beccacece precisa sí o sí un wing más: con Fértoli, el mejor de la noche, le solucionó una banda. ¿Y la otra? Reniero no se siente cómodo y se nota. De todos modos, la Acadé pudo ganar sobre el final con un toque del chico Banega que manoteó el arquero. Y en los penales se lució García. El Sargento García.
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