Y Racing pasó a la final. Después de 20 años, La Academia jugará ante Boca, la última instancia de la copa Argentina, luego de haber derrotado por penales, esta noche, a River en Salta. El "Chino" Saja, lo mejor.
La crónica dirá que Racing fue inferior. Que los de Avellaneda nunca pudieron llevarse por delante a un River B y que tuvo a varios intérpretes que no entendieron que había que llegar a la final obligatoriamente.
En el comienzo los de Matías Almeyda fueron más. Salvo algunos acercamientos leves, los de Luis Zubeldía la pasaban mal en defensa y no generaban juego. En el comienzo, Iván Pillud cometió una falta infantil adentro del área, pero el juez del partido, Alejandro Toia, no la vio y no cobró nada. Keko Villalba lo encaró al defensor académico, lo superó y cuando iba a definir recibió un cabezazo en las piernas que lo tumbó. No pasó nada.
Ni River fue una máquina, ni Racing un desastre, pero los Millonarios estuvieron más cerca. Hasta que apareció en escena Lucas Castro. A los 30 minutos, Giovanni Moreno se escapó por la izquierda y lanzó un centro que Castro llegó a conectar pero alcanzó a irse afuera. Fue la primera llegada de Racing, en el primer tiempo.
En el segundo tiempo se emparejó la cosa y Racing entró más decidido a ir a buscar el pasaje a la final. A los 5 minutos, Toia no le cobró un claro penal a La Academia, después de Luciano Abecasis lo agarrara adentro del área a Castro. El árbitro emparejó la noche y no vio otra falta clara en la zona de mayor riesgo.
Pero a los 16 del complemento, otra vez Castro estuvo muy cerca de abrir el marcador. Moreno encaró por el medio, lo habilitó a Valentín Viola, el juvenil delantero aguantó la pelota y lo esperó al ex Gimnasia que entró pidiendo permiso y lo fusiló al arquero desde media distancia. El balón se fue muy cerca del ángulo izquierdo.
Luego de esa jugada, Zubeldía se cansó y lo sacó a Federico Santander que no había colaborado en nada, pero lo puso a Gabriel Hauche, que tampoco ayudó mucho. A los 24, apareció el prólogo de lo que iba a suceder más tarde: una tapada clave de la figura de Racing, Sebastián Saja, que le sacó una bola al ángulo, con destino de gol, a Martín Aguirre, que remató desde lejos. Seguían 0 a 0.
Más tarde, otro cambio en Racing: Salió Castro y entró Luis Fariña. De ahí en más River fue un poco más y estuvo cerca de marcar un gol que lo hubiese llevado a jugar la final contra Boca. A los 28 minutos, Lucas Ocampos quedó bien ubicado en la derecha y remató cruzado ante la salida de Saja. No fue ni centro, ni disparo al arco, pero la pelota se fue muy cerca. Se había salvado Racing.
No pasó más nada. Terminaron 0 a 0 en los 90 minutos iniciales y se fueron a los penales. Había que dirimir quien jugaría ante Boca la final de la copa Argentina, desde los doce pasos. Mano a mano.
El primer disparo lo ejecutó el héroe de la noche: Saja, que lo miró a Chichizola y lo mató cruzado. Era el 1 a 0 en la serie de penales. El primero de River lo pateó Ponzio y lo hizo, pero más tarde lo tiró Moreno, canchereó, amagó y se la regaló al arquero que adivinó su locura. River estaba en ventaja.
Con la serie ganada, Rogelio Funes Mori metió el suyo y Viola decretó el próximo. Luego, Ocampos colocó otro y Pillud hizo lo mismo. Estaban 3 a 3. Más adelante Crsitian Ledesma señaló el 4 a 3 y Hauche pateó bien el último penal. Si River hacía el próximo pasaba a la final.
La responsabilidad la tuvo Villalba que lo pateó afuera. Saja le adivinó la punta y había que definir en la serie de a uno. El que lo erraba se iba a su casa. Y apareció Saja. Primero Fariña sentenció el sexto penal y el arquero, genio, héroe y figura de la noche, le atajó el último al pibe Vila. Por Saja, Racing pasó a la final de la primera edición de la copa Argentina de la era moderna, y jugará ante Boca. Por él y sólo por él, que sabe, piensa y juega en un equipo grande que debe mucho y gana poco. ¡Chico Saja Carajo! A la final, después de 20 años.
FUENTE: Identidad Racinguista
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