La CD sí tiene una postura unánime sobre el plantel: debe haber una depuración profunda. Muchos se irán.
El cónclave de emergencia deportiva e institucional que se reunió en el Hotel Savoy dirimió el futuro futbolístico de Racing en un fallo dividido.
De todas maneras, las posturas antagónicas acerca de la continuidad de Merlo fumaron la pipa de la paz cuando llegó el momento de analizar qué porción de responsabilidad tienen los jugadores.
Ahí sí hubo acuerdo total: en junio habrá que cambiar radicalmente la fisonomía del grupo, algo que ocurrirá sin forzar situaciones porque a varios futbolistas se les vence el contrato.
En la CD aceptaron que es imprescindible una depuración que, en el peor de los casos -con un descenso-, habrá que realizar obligatoriamente y en otros términos.
Lo cierto es que hay varios nombres que dejarán de pisar Avellaneda.
El primero es Mauro Camoranesi, que avisó que en junio colgará los botines.
La lista sigue con Valentín Viola: debe retornar a Portugal porque se vence el préstamo.
Si bien hay una opción de compra de 10.000.000 de dólares, por el nivel que mostró no van a soltar ni una moneda.
Otro caso particular es el de Fernando Ortiz, que termina su vínculo.
El Tano tiene muchísimas ganas de seguir porque está encantado con el club, aunque su edad (en diciembre cumplirá 37 años) y su osteocondritis en la rodilla izquierda ya le armaron las valijas y no le van a renovar.
¿Y el resto? A la baja ya conocida de Bruno Zuculini que ya está vendido al Manchester City, hay que agregar a Leonardo Migliónico, que ya sabe lo que es vivir en un mundo de hielo desde que Merlo lo excluyó totalmente del grupo. Ni siquiera juega en Reserva.
Así que chau, como el que le dirán a Luis Ibáñez, al que también se le vence el préstamo.
Por supuesto, que de acá hasta junio muchos estarán bajo la lupa y rendirán examen, como Luciano Aued e Ismael Quilez.
Ah, y algunos pibes del club tendrán que demostrar que están a la altura.