.Stats .counter-wrapper { font-family: 'Oswald',sans-serif; font-weight: ; color: #00000; background-color: #4581b9; border: 1px solid #4581b9; box-shadow: 0 0 5px 3px #4581b9; display: block; text-align: center; margin-left: 50px; padding: 10px; }
Drop Down MenusCSS Drop Down MenuPure CSS Dropdown Menu
ULTIMO MOMENTO

ALL IN


Casi como si fuera una discusión de Gabinete sobre medidas económicas, una de las principales dudas que se planteaba Facundo Sava en el inicio de su ciclo era con qué velocidad aplicar sus primeras modificaciones: shock o gradualismo. El temor por desarticular aquel equipo de Diego Cocca, que además de cortar la sequía de títulos había permitido encontrar una especie de orden espiritual en el club, estaba latente en los hinchas. Sin tocar demasiado en un principio, el Colorado decidió mantener el esquema de su antecesor: 4-4-2 con la posibilidad de ver a Romero, ocasionalmente, tirado como enlace.

En un principio, a Sava le costó soltarse e incluso apostó por esquemas demasiado conservadores atentando contra sus propios ideales. En el clásico ante Independiente y en el primer encuentro ante Boca por la Copa, el entrenador hizo el click. Ir con un solo punta a resguardarse, casi le juega una mala pasada. Superada la prueba de fuego con dos empates apáticos (salvo por la chilena de Licha), Racing se despachó con un 6-3 ante Unión para anticipar lo que se venía: desterrada la época de la especulación, bienvenida la era del golpe por golpe. 

En el reparto de guantes, los de Avellaneda apabullaron rivales con su poderío ofensivo, aunque también empezaron a aparecer los desórdenes defensivos. Los números son elocuentes: en el torneo es el equipo que más goles marcó con 22 y uno de los que más recibieron, con 20, sólo detrás de Rafaela. Y si bien todavía no ajustó las clavijas atrás, Sava está satisfecho con esta propuesta, más cercana a su filosofía. 
Por eso, en el encuentro de este jueves ante Deportivo Cali en el Cilindro, el Colorado utilizará por primera vez el tridente que anhelaban ver los hinchas de la Academia: Lisandro López-Milito-Bou. En Olé, repasamos el año de cada uno.

Milito: el ídolo todavía está vigente
Pese a que le costó en el arranque y en algunas ocasiones fue al banco, el Príncipe se fue reencontrando con su nivel con el correr de los partidos. Por el torneo local, disputó 361 minutos y anotó tres tantos (dos a Unión y uno a Lanús). En la Copa, jugó 188 minutos, pero no se pudo estrenar todavía en la red. ¿Lo conseguirá ante el conjunto colombiano?


Bou: los problemas de lado
Afectado por algunas lesiones musculares en el inicio de la competencia, la Pantera fue más noticia por su discordia con la dirigencia que por su rendimiento dentro de la cancha. Aunque la bronca con Blanco por no venderlo en su momento sigue vigente, el delantero volvió a exponer sus condiciones. En el campeonato, participó 359 minutos y marcó tres tantos (Atlético Tucuman, San Martín SJ y Atlético Rafaela). Por Copa, jugó 216 minutos y fue fundamental en el Repechaje: marcó los tres goles en el 1-1 y el 2-2 ante Puebla.


Lisandro López: el sucesor del PríncipeDespejó rápido las dudas que había sobre su presente. Sin dudas, el golazo de chilena ante Independiente fue importante para reflotar el idilio con la gente. En el torneo, disputó 387 minutos e hizo cuatro goles (dos a Rafaela, uno a Unión y el mencionado al Rojo). En la Libertadores, fue el que más participó en ataque: 288 minutos y dos goles (Cali y Bolívar). Con el retiro de Milito en junio, el legado será suyo.


Los números son bastante similares. Y como suelen repetir muchas veces los entrenadores: los jugadores se sacan y se ponen. Por lo que mostraron por separado, los tres merecen estar en cancha. ¿Cómo les irá juntos?

Fuente: Olé.
Retoque: @RCMSnews