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ULTIMO MOMENTO

NI A PROPOSITO SE PUEDE JUGAR TAN MAL


QUÉ DIFÍCIL SE ESTÁ PONIENDO COMENTAR CADA PARTIDO DE RACING, PORQUE SE LLEGA SIEMPRE A LA MISMA CONCLUSIÓN Y ES QUE NI A PROPÓSITO SE PUEDE JUGAR TAN MAL.

Un lamentable presente de un equipo y su conducción técnica,  que no ha llegado a ser una catástrofe  solo por algunos resultados positivos, que le permiten seguir con vida en los torneos que está disputando.

Es cierto que Pizzi aparece como el principal causante de este presente, pero los jugadores también tienen su cuota parte de responsabilidad dado que aunque no coincidan o no entiendan el mensaje que el técnico les hace llegar, es inexplicable que entrenando todos los días, hoy por hoy no se puedan dar bien la mayoría de los pases, no puedan construir una pared o no conozcan los movimientos de sus compañeros del plantel, que a esta altura deberían estar casi automatizados.

Racing nunca ha mostrado un crecimiento en sus líneas, con una defensa que salvo Arias, el que más ha rendido y sostenido su buen nivel, tiene pronunciados altibajos de concentración, con graves errores que le han permitido a los rivales concretar goles, con un medio campo no termina de acoplarse y el bajísimo nivel de sus lentos jugadores, no recuperan ni generan el juego adecuado para su solitario que mientras se desgasta en sus luchas se vuelve cada vez más impreciso.

Uno no quería imaginarse que ante Rentistas, Racing iba a sufrir tanto y a decepcionar de tal forma frente a un rival menor, que con poco le generó algunas situaciones que de concretarse podían haber sido humillantes, pero no nos resultaba extraño.

Era más de lo mismo y quiero pensar que la vergüenza que debían sentir faltando pocos minutos los llevó a reaccionar y sacar un poco de amor propio ante un equipo uruguayo que aun con un hombre de más, dejó reaccionar a la Academia y con la gambeta -esta vez productiva- de Lovera, la fuerza de Cáceres, algo de Miranda y el aporte de Fértoli, pudo empatarlo y hasta casi ganarlo.

Pero es indudable que la mediocridad ha invadido a este Racing ya que en cada confrontación depende más del azar que de fundamentos reales para alcanzar un buen resultado, los que por ahora en parte se le viene dando, pero sabiendo que esa cuota de suerte necesita de un sustento real que la respalde.

El técnico busca convencernos de que “tienen cosas para crecer y para encontrar más precisión y que con el tiempo lo conseguirá…”, pero Pizzi sabe que su tiempo depende de los resultados positivos.

Con el agravante de que no le será fácil lograrlos porque el equipo sigue sin mostrar superación alguna en el juego, con una falta total de convicción y de confianza que lo lleva a no responder en lo anímico y en lo físico en los momentos más álgidos del partido.

Como no se ven posibilidades de que haya cambios de conducción, sigo pensando, al igual que lo hice en el comentario anterior, que  si no existe algún inconveniente en la relación plantel-cuerpo técnico debería darse una conversación a fondo buscando coincidencias que los entusiasme a ambas partes y a partir de ahí tener más certidumbre sobre el trabajo a realizar en la seguidilla de partidos de las tres copas que están jugando, para llevar un poco de tranquilidad y esperanza a los corazones de lo más importante que tiene el club, sus hinchas.

Hasta pronto.

Fuente:@lito_lococo


GABRIEL ARIAS, "EL QUITAPENAS"

Para el Racing de Pizzi cada partido es un tormento y con finales inciertos como el de anoche, que los hinchas vemos siempre con una permanente intranquilidad.

Me parece que a esta altura del partido, ya debería entenderse a que quiere jugar el equipo, pero preocupa la falta de construcción de juego y de coordinación en los movimientos, que hace que todo sea  impredecible y por esas dudas,  siempre se termina retrocediendo con la pelota hacia la última línea para que  desde allí salga un pelotazo para un Copetti en soledad.

En el primer tiempo Racing tuvo a los 9 minutos y a través de Melgarejo con su cabezazo en el palo la única jugada de peligro, mientras San Martin con garra y empuje le fue creando problemas a una defensa racinguista que no se  mostraba segura, pero que por suerte tenía en Arias un arquero que respondía a las exigencias.

El equipo no mostraba superioridad sobre los sanjuaninos, sin embargo a los 32 minutos un tiro de esquina ejecutado por Rojas en conectado por Martínez en el segundo palo, poniendo a Racing en ventaja, diferencia que pudo sostener hasta el final de ese período.

En el segundo San Martín salió a buscar el empate ante un Racing que no reaccionaba y Pizzi comienza con los cambios que parecieron darle la razón, cuando después de  tres o cuatro minutos de tenencia y buena circulación, hubo un buen desborde y asistencia de Chancalay para Copetti quien convirtió el segundo gol.  

Parecia que ese gol le daba a al equipo la tranquilidad para manejar el partido,  pero como suele suceder, todo fue breve, fugaz y en pocos minutos se fue desmoronando de a poco ante un San Martin de San Juan que, jugado por jugado , en base a centros fue arrinconando a la Academia.

Pizzi seguía haciendo cambios y en dos minutos los sanjuaninos le empataron el encuentro y desnudaron las fragilidades de una defensa racinguista que tuvo distracciones y errores puntuales como el de Martínez.

Después quiso responder y a los empujones casi lo logra cuando Reniero lo deja con un toque en buena posición a Cáceres que hizo todo bien para aparecer en el área, pero su remate salió muy desviado, pero todo es hecho con muy poca convicción.

Y de padecer el empate fuimos a penar por los penales, que como siempre digo es otro partido.

Pero por suerte Racing tiene a Gabriel Arias, el “quitapenas”, quien con esa paz interior que transmite en cada intervención, como en la de los dos primeros penales atajados, el segundo de forma extraordinaria, a los hinchas nos quitó la mueca de desilusión que nos había dejado el partido y nos devolvió la sonrisa, pero además les dio tranquilidad a  los ejecutantes académicos, que lo hicieron muy bien, logrando el equipo el triunfo que le permitió pasar a octavos.

Arias es un jugador que reúne condiciones notables, no solo la de ser un excelente arquero, de esos que gana partidos, sino también una persona transparente que emana paz y seguridad en todos los aspectos y expresiones.

Los resultados siguen respaldando a este Racing de Pizzi, pero inquieta su muy flojo funcionamiento y la falta de respuestas individuales, lo que me lleva a pensar que será muy difícil que surja de golpe, el equipo que no apareció hasta ahora, por lo que no le será nada fácil afrontar la complicada seguidilla de  partidos del torneo local y de la Copa Libertadores.

Hasta pronto.


Fuente:@lito_lococo


DE PENAL...SOBRE LA HORA

Hubiera querido comenzar este comentario de otra forma, pero lo que se está magnificando en los medios el desempeño de Vigliano, me hace reflexionar y decir que da toda la sensación de que a Independiente nunca lo favorecieron los arbitrajes.

Hoy por suerte en las redes y a traves de los sitios partidarios de Racing, podemos ver muchos videos donde se ven sanciones que perjudicaron al equipo y favorecieron a nuestros vecinos y si buscamos más atrás en la historia ni que hablar, como por ejemplo recuerdo aquel partido de 1970 en el Cilindro donde había que consagrar campeón a Independiente y para que eso sucediera el árbitro Humberto Dellacasa (Padre) le hizo patear tres veces el penal a Tarabini, porque los dos primeras los había atajado Agustín Mario Cejas.

O cuando el ex presidente del rojo, Ducatenzeiler, declaró que compró el campeonato en el 2002…


Pero por lo visto parece que todo el problema arbitral hubiera comenzado anoche con el fallo erróneo de Vigliano, cuando lo que hay que hacer es recordar cómo muchos de los triunfos de Independiente estuvieron ligados a decisiones arbitrales a su favor.

Ahora espero que entiendan lo que sufríamos los hinchas de Racing cuando nos “bombeaban”, mientras seguramente ellos festejaban.

Así que con todo respeto vecinos, a revisar la historia... y a llorar a la iglesia.

Hoy festejamos nosotros.

Respeto del partido en sí, sabemos que el clásico genera emociones totalmente distintas a los demás encuentros y aun entendiendo que Racing no viene jugando aceptablemente, los hinchas como siempre, esperábamos que finalizara nuevamente con un triunfo.

El estadio vacío, la noche y la lluvia le daban un marco sombrío a dos equipos que parecían haberse puesto de acuerdo en no atacar, atinando solo a ver qué pasaba con la esperanza de encontrar un algún error que les diera una oportunidad, por lo que ese primer tiempo más que mantenernos despiertos nos adormecía.

Pero en la segunda etapa Racing salió a jugar más adelantado y con más actitud y ambición se hizo dueño del partido, ante un rival que siguió esperando, tratando de que el tiempo pase.

El equipo tuvo posibilidades de abrir el marcador a través de un tiro de esquina que cruzó toda el área y Copetti no pudo tocarla, en un tiro libre de Chancalay, en una gran jugada de Cáceres, de lo mejor del equipo y en otro cabezazo de Copetti apenas desviado. 

Los cambios de Pizzi, como el Melgarejo por Orbàn, de Maggi por Lovera y de Fabricio Domínguez y Moreno por Gutiérrez y Chancalay, dejaban en claro que no le interesaba el empate y mal o bien todos fueron para tener más ofensiva en la búsqueda de quebrar la defensa roja, pero el empate parecía sellado, hasta que en tiempo de descuento Vigliano, en un discutido fallo, cobra penal de Barreto a Maggi y Copetti, con seguridad convierte el gol del triunfo para alegría de los jugadores, cuerpo técnico y de nosotros los hinchas.

 Racing  ganó el clásico merecidamente y de la forma que más le duele al rival, de penal y sobre la hora… porque ya  no hay tiempo para empatar.

Este triunfo debe ser  la inyección anímica que el técnico y el plantel necesitaban para afianzar más su relación, confiar en ellos mismos y lograr la convicción necesaria todo lo que se juega, tanto en el torneo local, la Copa Argentina y la Libertadores.

Hasta pronto.



Fuente:@lito_lococo