Luciano Aued tiene un karma: nunca hizo un gol en Primera.
Pieza clave en este Racing, cuenta que está a pleno y por eso confía en
que romperá el maleficio.
Hoy está impecable ese motor. Tuvo fallas en una época, pero hoy
funciona como un violín de lo más afinado. Cada pieza encaja perfecta
en el engranaje y el todo le brinda garantías a su dueño. La cabeza le
responde, le brinda seguridades, su físico por fin está a punto luego de
viejas lesiones en la rodilla derecha, los pies reciben órdenes claras
que se prolongan hasta la ejecución. Luciano Aued, el generador de
fútbol del Racing campeón, fue resistido en una etapa no muy lejana
cuando no era el mismo que en la actualidad.
Adorado por sus compañeros,
valorado por todos, disfruta del lugar que se ganó y del reconocimiento
de la tribuna. “Estoy muy contento, me siento con confianza y muy bien
físicamente. Esto último es un punto importantísimo para mi juego porque
me permite llegar con más piernas, liberarme más, arriesgar, tener
mucho más despliegue que antes”, le cuenta a Olé .
-¿En la generación sos el conductor de Racing?
-No
lo soy, pero me gusta ser el primer pase. Es una linda responsabilidad
la de hacerles llegar limpia la pelota a los de arriba, asociarme con
los de los costados, encontrar espacios, ser el apoyo de los
delanteros... Está bueno que los defensores me vean enseguida para ser
la transición de defensa a ataque.
-¿Es el mejor momento de tu carrera?
-Estoy
más seguro, con otra soltura para arriesgar más y para saber que el
físico me responde, algo que no me había pasado acá por las lesiones que
tuve. Nunca me había podido recuperar ni mostrar mi juego. Me siento
muy bien, y hago un trabajo aparte especial con el Profe. Nunca estuve
tan a pleno en Racing como hoy, con tanta confianza. Me siento
importante en el equipo, con una espalda grande para demostrar el juego
que no tenía antes.
-Seguís sin convertir en Primera a nivel clubes. ¿Te obsesiona eso?
-Sé
que se está esperando y se habla mucho de eso. Igual, no me desespera.
Sería bueno para el equipo que convirtiéramos Ezequiel (Videla) y yo. Es
un punto a mejorar. Pero como me estoy sintiendo mejor y llego más a
posiciones ofensivas, siento que pronto se me abrirá el arco. Me pongo
esa meta, es lógico que uno busque superarse. Debo sumarle eso a mi
juego para beneficiar al equipo. En Inferiores y en Reserva hice goles,
je. Jugaba más adelantado.
-¿Tus compañeros te hablan del gol?
-No,
pero me hacen sentir muy importante. Valoran mucho mi esfuerzo y me
exigen que llegue más seguido a posiciones de gol, aunque por ahora sin
ninguna cargada, je.
-¿Habrá un festejo especial el día que la metas?
-No lo pensé. Me abrazaría con mis compañeros y se lo dedicaría a mi familia, que está siempre en todo momento conmigo.
-¿Cómo lo analizás a Washington Camacho?
-Lo
teníamos visto, pero el uruguayo fue una sorpresa importante para todos
nosotros, rápidamente se soltó muchísimo. Nos da las variantes que nos
faltaban porque es un jugador completo. Tiene mucho juego, rompe muy
bien hacia adelante y sabe retroceder para ocupar espacios.
-¿Qué les pasó el domingo ante Temperley? Bajaron demasiado el nivel en la parte final?
-Vivimos
situaciones encontradas. Hicimos un gran primer tiempo, de lo mejor de
Racing en mucho tiempo. Pero en el segundo fuimos muy diferentes. Con
pocas aspiraciones, no entendimos el partido, nos complicamos solos.
-¿Ese cambio pudo obedecer al cansancio por la doble competencia?
-No,
fueron errores nuestros. Inconscientemente pensamos que el partido
estaba ganado y empezamos a bajar las energías. No supimos leer el
partido para saber por dónde teníamos que meter una contra o cerrarlo.
El primer tiempo merecíamos terminarlo 3 ó 4-0 arriba. Pero nos
confiamos, le dimos facilidades a Temperley.
-¿Lo del primer tiempo fue el ideal?
-Sentimos
placer, mucha confianza. Intentamos hacer todo lo que practicamos:
salir jugando con paciencia, manejar nuestro ritmo, ser anchos, atacar
cuando teníamos la posibilidad... Rompimos bárbaro la presión de
Temperley cuando la metió, fuimos punzantes, tuvimos siete situaciones
claras.
-Y ganaron por primera vez sin Milito...
-Sí,
aunque es difícil jugar sin Diego por lo que representa para todos. Es
un pilar fundamental, lo mismo que Sebastián (Saja). La ausencia de
Diego se sintió hasta en la entrada en calor. Se hace todo distinto sin
él. Habrá que acostumbrarse a saber suplantarlo, entender que los que
entren deberán demostrar que están a la altura.
-¿Cómo es eso de que sienten su ausencia en el calentamiento?
-Porque
nos habla mucho y nos acostumbramos a escucharlo, a que nos transmita
cosas. Nosotros empezamos a ganar los partidos en la entrada en calor. Y
en ese sentido, él es importante.
-¿Volvieron al juego con más posesión que pidió Cocca originalmente?
-Apenas
llegó, Diego tuvo esta idea de juego. Pero se la fuimos cambiando por
sentirnos más cómodos jugando de otro modo. Después de que pudimos
quitarnos la presión de ganar algo, ahora tenemos que agregar cosas como
una mayor tenencia, paciencia y lastimar más. Es lo que nos pide el
técnico y eso es lo que buscamos.
TRANSPIRAMOS EL MANTO, VOLVIMOS A CREER EN EL FUTBOL